Bares, qué lugares
Siempre he pensado que España tiene una oferta casi imbatible como destino de ocio y entretenimiento. El clima y un disfrute volcado hacia el exterior ha generado un modelo, en mi opinión, sumamente atractivo por su diversidad, amplitud de horarios y variedad, todo ello a precios bastante competitivos.
Pero el otro día reflexionando y analizando qué factores hacen de España un destino tan atractivo, me di cuenta de que algo tan típico y habitual como los bares representan un concepto desconocido o al menos poco usual en la mayoría de los países.
En España, los bares ejercen de centro social, son un lugar donde disfrutar de la gastronomía local, degustar la gran variedad de vinos, tapas, pinchos o raciones. Permiten además a los visitantes no residentes acercarse a cómo vivimos realmente los residentes en el país, nuestras costumbres, tradiciones, gustos, etc. Los hay tradicionales, de barrio, modernos, de tapas, cervecerías…es por tanto un modelo que ha sido capaz de evolucionar y reinventarse.
No es cuestión de rechazar otros modelos más recientes, cadenas de cafeterías, ensaladas o bocadillos. Pero sí creo que debemos defender, potenciar y aprovechar más esa singularidad y autenticidad que proyectan los clásicos bares españoles.